La carga teórica de la observación II
La carga teórica de la observación ataca de nuevo.
Hemos mencionado que las observaciones con ayuda de instrumental o métodos específicos deben tomarse como observaciones en algún grado apoyadas o garantizadas por ciertas teorías. Así la observación de una galaxia a través de un telescopio presupone la aceptación de la teoría óptica en el sentido de que esta teoría nos garantiza que la imagen que recibimos (y que ha sido formada por el sistema óptico que conforma el telescopio) corresponde isomórficamente (con grandes discusiones al respecto) a algún objeto que existe más allá del alcance de la visión sin ayuda de instrumentos. Sin embargo hay otro tipo de carga teórica no asociada con la vigencia o aceptación de una teoría científica pero que también debe ser tenida en cuenta para garantizar la validez de la observación. Esta otra componente la proveen las hipótesis subyacentes. Estas hipótesis siempre están en juego al momento de percibir. Serían como el bagaje cultural, social y estructural de nuestro aparato perceptivo (véase Harold Brown, 1984: La nueva filosofía de la ciencia Cap. VI). Por un lado existe toda la socialización y culturalización por la cual podemos detectar qué cosa es un pizarrón y distinguirlo de un cuadro de las mismas dimensiones todo pintado de negro exhibido en el museo de arte moderno de Nueva York. El contexto nos indica cómo interpretar las observaciones en ese ejemplo. Por otra parte, el hecho de no pertenecer a cierta cultura nos haría confundir un objeto en el piso en el medio de una tribu interpretándolo como una linda piedrita plana y pulida, con forma atractiva para arrojarla al río y hacer patitos. Inmediatamente luego de experimentar el placer de ver cómo la piedrita luego de tres o cuatro rebotes en la superficie del río se hunde perdiéndose para siempre en la corriente y el lodo somos atrapados por los aborígenes por haber profanado sus estatuillas en honor al Dios del Pedregullo. En este caso la interpretación careció de la información necesaria que también era proveniente de la cultura.
Finalmente hay otra componente de la interpretación que no está asociada solamente con lo cultural o social sino también con la estructura y funcionamiento del aparato perceptual. Así hay ciertas ilusiones ópticas que pueden aparecer gracias a que la mente modela la interpretación de la imagen en la retina. Estos problemas son abordados directamente por las corrientes que sostienen que toda percepción es gestáltica, es decir que se percibe el todo y luego se captan los detalles. Hay una serie de estas imágenes que pueden elegirse para mostrar que la observación pura es una utopía aun cuando estábamos pretendiendo no inundar los datos con nuestras hipótesis previas. (***Ver imágenes sujetas a alguna de las dificultades mencionadas hasta aquí: Imágenes - Efecto 3D )
En este sentido se dice que toda observación tiene carga teórica. Pero dicho así entonces no tiene ningún sentido la distinción observable / observable con carga teórica. Sin embargo podemos distinguir que algunas entidades para ser detectadas solamente requieren de una carga teórica asociada con las hipótesis subyacentes. A estas entidades las podemos tildar llanamente de "entidades observables" aun sabiendo que en toda observación está presente toda una serie de detalles que no provienen de la observación misma y que entonces debe entenderse como cierta carga teórica. Y por otra parte podemos reservar la terminología "observable con carga teórica" para aquellas entidades para las cuales no solamente se requiere la contribución de las hipótesis subyacentes como condimento no observacional sino también la aceptación de alguna teoría científica para poder garantizar que "observamos".