Diseño ciego y doble ciego

De Filosofia de las Ciencias
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En la metodología para investigar resultados en seres vivos y muy en particular seres humanos, es fundamental tener en cuenta la influencia que el estudio tiene sobre los individuos. De este modo se han desarrollado varias técnicas de diseño, entre las cuales se encuentra el diseño experimental. El diseño experimental tiene varias características, pero destaquemos que los individuos sometidos a estudio se asignan a dos grupos diferentes, un grupo, el grupo experimental, recibirá el estímulo del que se desea estudiar sus efectos (medicamentos, estrategias didácticas, etc.) mientras que el otro grupo, el grupo de control, será sometido a estudio sin que se le administre ese estímulo en particular (aunque se le administrará todo lo demás igual).

Se establece un diseño experimental que llamamos ciego cuando los pacientes no saben si están siendo sometidos al tratamiento con la droga o no. Es decir que no saben si pertenecen al grupo experimental o al grupo de control.


Pero todavía no hemos extremado las condiciones de equivalencia de estímulos. Queda la relación médico-paciente sin ser tenida en cuenta en el extremo que se refiere al terapeuta. Podríamos fijar la atención sobre lo siguiente. Quizás no sea igual el modo en el que el terapeuta se relaciona con el paciente si sabe que le está administrando la droga o si sabe que le está administrando un placebo. De esta manera el estímulo que recibe el paciente es indirectamente distinto. La solución es obvia: tampoco los terapeutas deben saber cuáles de los pacientes reciben un placebo y cuáles la droga en cuestión. También sería más eficaz si los terapeutas creyeran que todos los pacientes reciben la droga, pero esto tampoco es aceptable luego de tener en cuenta unas pocas consideraciones éticas.

NOTA: Aquí se presenta un problema ético análogo al anterior ya que el médico no ha dado su consentimiento para administrar placebo a los enfermos si cree que a todos les administra la droga. Sí, en cambio, puede acceder a no saber cuáles pacientes pertenecen a qué grupo y así volvemos a distribuir en forma estadística el trato que el terapeuta brinda a cada paciente.

Con esta metodología en la que los terapeutas no saben cuáles pacientes fueron asignados a cada grupo, todos los pacientes recibirán estímulos equivalentes en lo que hace a las variables que no están asociadas a la droga en estudio pero sí a la relación paciente-terapeuta. A este diseño experimental en el que tanto los terapeutas como los pacientes no saben quiénes conforman el grupo experimental y quiénes el grupo de control, se lo llama doble ciego. Aunque hemos llegado a un diseño que trata de delimitar al máximo las influencias causales que pudieran confundirse con la relación buscada, debemos mencionar algunas consideraciones por las cuales no siempre es posible realizar un experimento de este tipo. El diseño doble ciego no es adecuado para la investigación de desórdenes que ocurren rara vez. Tampoco es utilizable en poblaciones que no pueden estudiarse por normas éticas o legales: niños, mujeres en edad de tener hijos, fetos, pacientes con enfermedades psiquiátricas, etc. Peor aun es la situación en referencia a las enfermedades terminales o mortales en las que la administración de un placebo no es ética. Para estas últimas, la investigación debe centrarse en los registros históricos o bien utilizarse tales registros como datos de control. De esta manera las características de la enfermedad en consideración son un condicionante del diseño de investigación que se podrá llevar a cabo.