Técnica y tecnología
Desarrollo tecnológico: una vez que se cuenta con una buena teoría que explica ciertos procesos y a su vez permite manipular sus variables, predecir los cambios y producirlos a nuestro antojo, entonces el paso siguiente es lograr una optimización de tales maniobras en algún aspecto. Esa optimización puede dar lugar a un artefacto o a un método (know how) o a una combinación de productos y procesos (receta, por ejemplo). La búsqueda de estos productos finales que optimizan en algún aspecto la solución encontrada en ciencia aplicada es una tarea de desarrollo tecnológico.
El horno de microondas es un producto de desarrollo tecnológico así como también las bombitas de luz, los radioisótopos y todos los insumos en medicina nuclear, el método de venta de tiempo compartido, la capacitación de personal para el cambio de funcionamiento de la empresa, las vacunas, las pastillas conteniendo vitaminas (no las vitaminas mismas), la barreta antirobo para el auto, los air bags, la datación de fósiles, la medición del corrimiento al rojo de las galaxias, los reactores nucleares, las usinas con combustibles fósiles (gas o gasoil), la tanza de pesca, las antenas de radio, etc. Nótese que no siempre un desarrollo tecnológico da como resultado un aparato concreto. A veces da por resultado un método.
Lo característico de un desarrollo tecnológico es que proviene de la solución obtenida en ciencia aplicada y respaldada por el conocimiento de ciencia básica y por tanto su eficiencia está predicha, calculada y ajustada según las teorías vigentes.
Técnicas: en este rubro ubicamos a los métodos y artefactos que permiten optimizar una solución pero que su desarrollo no contó con la ventaja de una teoría que la avalara, aunque más tarde tales desarrollos puedan quedar respaldados por teorías que en su momento no estaban disponibles.
Las técnicas se afinan, perfeccionan y se optimizan en función de las pruebas solamente. No hay teoría que nos diga qué esperar, salvo el registro de lo que hemos probado y las tendencias que encontramos en los resultados. Por ejemplo podemos probar diferentes maneras de alisar una superficie para que los objetos deslicen más fácilmente, desarrollar patines para hielo, desarrollar ollas que conserven más el calor de la comida y que al mismo tiempo no permitan que los alimentos se peguen al fondo y se quemen sin todavía tener idea de la física del calor y de los materiales. Simplemente con una tarea prolongada de pruebas y registro de los resultados.
Ejemplos de productos técnicos son el velcro, los picaportes, el arco y la flecha, la catapulta romana, la rueda, el cuchillo, la locomotora (ya que se diseñó la máquina de vapor previamente a desarrollarse la termodinámica), la bicicleta, el fuego, el yesquero (encendedor por raspado y mecha), la elaboración del jamón, otros embutidos y casi todos los alimentos, el trampolín, el helicóptero de Leonardo Da Vinci, sus inventos para la ventilación de la cocina (usando una noria), la escritura y la imprenta, la birome (aunque la tinta requirió una mezcla de desarrollo técnico con desarrollo tecnológico y lo mismo ocurrió más tarde con las estrías en la cavidad de la bolilla), la brújula, las primeras embarcaciones (aunque todavía muchos pueblos siguen construyéndolas con la mismas excelentes técnicas en bolivia, polinesia y noruega, por ejemplo), la momificación (se presume que los antiguos pueblos no tenían una teoría de la cual se derivara su método, pero no cabe duda de que su método era muy eficaz), el martillo, el hacha, etc.
He intentado mostrar algunos desarrollos técnicos actuales o vigentes que surgieron previamente a las teorías que les dan sustento para poner énfasis en que es posible la invención incluso antes de tener una idea organizada teóricamente acerca de los fenómenos involucrados. Sin embargo es muy difícil asignar recursos a una investigación técnica ya que parece un desarrollo por tanteo, sin un horizonte a dónde dirigirse sino más bien con un horizonte de por dónde las cosas no funcionan. Pero dicho así no dista mucho de la idea de progreso poppereana en que sabemos cuáles teorías son falsas aunque no sabemos cuáles son las correctas.
Es preciso decir que la inmensa mayoría de las veces una técnica o desarrollo técnico luego queda englobado y reformulado como desarrollo tecnológico ya que al desarrollarse la teoría pertinente, se reajusta y diseña la técnica o el artefacto técnico de acuerdo a las sugerencias que obtenemos de la teoría. Este proceso es bien notorio en los casos de la locomotora, la brújula, el helicóptero y la imprenta.
Pero también debemos decir que no todo ha seguido ese camino. El desarrollo de neumáticos que permitan una mayor adherencia al asfalto no puede seguir totalmente este camino ya que la física no cuenta con una buena teoría del rozamiento. No digo con esto que no tengamos idea de la correlación entre la fuerza normal y la de rozamiento, o cosas por el estilo. Más bien digo que el proceso de rozamiento no está totalmente explicado por las teorías. Sabemos que no es cuestión de pulir las superficies para que un cuerpo deslice mejor sobre otro. Ejemplo de esto es una copa boca abajo sobre una mesa de vidrio bien pulido. En este caso si limpiamos con detergente ambos vidrios y secamos las superficies encontramos que el rozamiento ha aumentado (Para los interesados en el asunto del rozamiento recomiendo Feynman en sus Lectures ya que lo trata admirablemente). Lo mismo ha ocurrido con la pintura de yates para regatas. Se ha encontrado que el pez más veloz es el tiburón y que su piel no es lisa sino rugosa. A partir de allí se elaboró una pintura para el casco de los yates que al secar tuviera esa textura rugosa y se comprobó que eran más veloces que con pintura pulida y lisa. Por supuesto luego las teorías vienen en ayuda para explicar por qué esto es así, pero no han sido capaces de predecir tal producto y tal comportamiento sino que la creatividad se ha anticipado a la deducción (igualmente en el caso del velcro).